13 ago 2007

Re-Fresh

Dedique mi vida al goce pagano, por lo menos los últimos catorce años de ella, en un par de momentos creí que no lograría seguir por la senda de la rumba y la desfachatez; me esforcé en seguir, procure llegar cada vez mas allá, predique este estilo de vida… pero… se me acabo la energía para continuar, simplemente fue mermándose hasta que no quedo mas, (¿nada mas?)- así que en un extraño, inesperado y suculento giro de la vida me encontré sobre un “mat”, con esencias relajantes flotando en el aire, dulces melodías viajaban por el cuarto, varias personas en relajada actitud me acompañaban; estaba en una clase de yoga.

No voy a mentir la noche anterior me comporté como casi todas las noches, me convertí en un animal sediento y hambriento; llegue a mi casa inundado de tabaco y licor y me eché a dormir. Sin culpa alguna al día siguiente (en la clase, claro) realice los ejercicios que me indicaron mis guías Yoguis, saludos, respiraciones, contorciones; pero en un momento no pude mas, simplemente me enferme – no era guayabo, no era cansancio – sencillamente mi cuerpo empezó a botar lo que en tantos años acumulo y acumulo y acumulo.

Me fundí, no di más.

Después de unos leves socorros y mucha condescendiente ayuda, me explicaron lo que sucedía, pase a una etapa de relajación y encuentro con migo mismo.

No soy un tipo místico, no tengo creencias muy arraigadas ni nada por el estilo, pero si comprendo un par de cosas de la vida y se día las recordé.

Les aseguro que no me volveré asceta pero si le bajare el volumen un poco, tal vez un poco mucho, ya veremos que pasa. Pero como dicen por ahí toda gran cascada empieza con una sola gota. (o todo viaje con un primer paso)

No siendo mas… Nos Vidrios

O.