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He de reconocer que la atracción que tengo por la bella Fée Verte, aunque no es infundada, si es un poco exagerada;
Ya ha corrido casi cinco años desde la primera vez que este brebaje se apodero de mi mente, sin duda una experiencia admirable;
Deje volar los años y unas cuantas botellas del susurro verde reserve,
para la posteridad las guarde, espere y espere.
Llego el momento del poder liberar pero ¡oh! Sorpresa,
Su sabor no disfrute, así que las botellas a su anaquel regrese,
Pero en mi alma sabía que sus facultades en otra oportunidad de mi se adueñarían,
Así que el susurro verde una vez más reserve.
Pasaron los días, los meses pero no los años,
La oportunidad llego y en camada las alimañas mi apartamento ataco,
Trate de apartarlos de los valiosos objetos que en la nueva MauroCueva atesoro
Les avente: pola, vino, guaro y porrón; por supuesto nada los alejo.
De lo poco que de mi lucidez quedaba una luz alumbro “el Hada Verde”
Y ella brillo,
A unos, como ajo al vampiro alejo, a otros completamente abatió
Pero de entre todos, Chichi resistió,
Aguanto dos envionazos, lucho un poco más y a la lona cayó
Gracias al Valiente Chichi recordé que con sinceridad del Hada Verde amante fiel soy y seré.
